jueves, 3 de marzo de 2016

Un año atrás en marzo de 2015



"Como pasa el tiempo cuando te conviertes en adulto. Los días que te parecían eternos siendo pequeño, ahora desfilan delante de ti sin pararse a saludar tan siquiera."



Hace nada celebrábamos la llegada del nuevo año y ahora en menos que canta un gallo saludaremos a la primavera. ¿En serio han pasado dos meses ya? ¿En serio? ¿Dónde han ido a parar mi enero y febrero?...

Me pongo nostálgica y miro hacia atrás, pero no dos meses sino un año entero. A mi marzo de 2015 y me doy cuenta que muchas cosas pasaron desde entonces pero que a día de hoy, y como si se hubiera trazado un círculo en mi vida, todo vuelve a estar como aquel mes de hace un año.

En ese maravilloso mes que precedió a otros mucho mejores, fui flotando de buenas sensaciones en buenas sensaciones como nunca antes me había pasado. Dejé de lado todo lo que me hacía mal, desde relaciones que podrían haber sido sentimentales hasta personas que a día de hoy siguen lejos. Dejé de lado a todos aquellos que no me valoraban y que lo único que intentaban era mangonearme, sacar un beneficio para ellos aprovechándose de mi.

Conseguí algo que ansiaba con todas mis fuerzas. Una llamada de teléfono diciéndome que querían entrevistarme para un puesto de trabajo que acabaría siendo la experiencia más gratificante que he tenido en mi vida. Sentirse de repente valorado, saber que cuentan contigo que te felicitan por lo que haces, que conoces a personas geniales con las que tengo la suerte de poder contar a día de hoy. Todo eso traído con una simple llamada de teléfono. (Aún doy las gracias por no ponerme ese día los cascos con la música a todo volumen en mi casa).

Y siguiendo el consejo que me dio un amigo empecé a dejar de mirar el suelo mientras caminaba. Comencé a mirar a los ojos a las personas con las que me cruzaba, pero justamente el despiste, las luces bajas de intensidad del bar o simplemente el estar riéndome con mis amigas, me hizo perderme lo que llevaba buscando tanto tiempo. Tenerlo delante de ti y no darte cuenta es complicado, menos mal que la vida te ayuda y el destino te empuja a volver a encontrarle aunque sea en una red social.
La misma que fue testigo con el paso del tiempo de las palabras de amor que nos dedicábamos y de los momentos que pasamos juntos.



Y ahora ¿qué?...

Marzo de 2016. Soy un año más mayor. Tengo un año más de experiencias, tanto de las buenas como de las malas, y de todas he sacado en claro que lo que pasa pasa por algo. Que el tiempo pone a todos en su lugar y que los que un día pueden estar arriba otros pueden estar abajo. Que no hay nadie imprescindible y que si me equivoque en algunos momentos no volvería atrás a cambiarlo. Si hice lo que hice fue por algo.

No sé si este marzo será como el pasado, pero si consigo que sea como la mitad del anterior volverá a ser el mes más feliz de mi año.

Bienvenido marzo. Deja todo lo bueno que tengas para mí y saca lo malo.
 

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